Muchas veces he escuchado hablar sobre el síndrome de
Estocolmo, pero siempre unido a alguna persona que había sido secuestrada.
Sabía de qué trataba el asunto: cierta simpatía por el secuestrador por parte
del secuestrado y hasta un punto de comprensión y excusa. Posiblemente me habré
quedado algo corto en la explicación, pero en estos momentos no es interesante
extenderme más, porque no es una tesina sobre ese síndrome, sino contaros como,
de una forma extraordinariamente explícita, me han mostrado la fea cara del
“Síndrome de Estocolmo”, en las igualmente feas caras de cuatro apátridas.
El pasado domingo, en la pagina 8 del periódico “El Mundo”,
aparecen, agarrados a una bandera cuatribarrada, una de las banderas más
honorables de España, cuatro individuos que se autoidentifican como
separatistas catalanes. Los cuatro mozos responden a los nombres de Manolo
Ortega, Maxi Calero, Paco Rodríguez y Lolo Calero. Dos son extremeños de
Badajoz y Paco Rodríguez descendiente de granadinos. De Manolo Ortega no se
dice en el periódico la procedencia pero, por el apellido, seguro que no debe
ser catalán.
La excusa que usan, y que les parece suficiente es que “la
gente de por allí abajo está súper españolizada”. Y remachan “Hay quien no lo
comprende. Les digo que sus hijos también se les independizarán”.
Es de bien nacidos ser agradecidos ¡Claro que si! El que
salgas de tu pueblo a ganarte la vida honradamente y puedas hacerlo en otro
pueblo, estar agradecido es lo natural; sentir un cariño por las gentes que sin
prejuicio te han aceptado ¡Cómo no! Pero aceptar y ayudar a que ese trozo de
tierra española sea desgarrada del resto de España, es un baldón del que jamás
se podrán desprender. Ya es malo ser socialista; ya es malo ser comunista; pero
ser separatista unos individuos que han nacido en Extremadura, en Granada o
Murcia es algo tan horrible, que solamente se puede aceptar porque estén infectados del síndrome de Estocolmo.
El tal Lolo, que se emociona con los triunfos del Real
Madrid y de España en el Mundial y Eurocopa; que es seguidor del Real Madrid y
hasta se pone la camiseta con el nombre de Ramos… que presión habrá sufrido
(seguro que más que Ortega Lara) en San Vicente dels Horts, feudo de Oriol
Jorquera, para que la cercanía con el
“captor” le haya empujado a dedicarse a recaudar, según dicen, 1.000 votos,
para el partido secesionista ERC.
Si yo fuera paisano de esas joyas, cuando bajasen a “las
tierras de allí abajo, su tierra pacense, a ver a las gentes súper
españolizadas”, les acusaría, delante de todas sus gentes, de sucios apátridas;
de imbéciles que, pudiéndose sentir orgullosos de ser españoles de toda España,
se conforman con hacerle el caldo gordo a unos estúpidos aldeanos; los que en
su interior se estarán riendo de esos “españoles” que, como perros, “comen de
lo que les damos”.
Pues… ¡que les vayan dando!
* * * * *
Estoy que me salgo por el cuello de la camisa. El temor no me deja
dormir, ni comer, ni jo… lín; estoy con una zozobra de escándalo. “La policía
logra más datos de cuentas suizas de Pujol y Mas”. Y, claro; yo estoy muy
preocupado porque viendo como se va cerrando el círculo, temo que la policía
llegue a descubrir mis cuentas antes de que las descubra yo; o es que no tengo
cuentas de dinero opaco en Suiza y me estoy preocupando sin motivo. A lo peor
es que no soy lo suficientemente ladrón, desfalcador o extorsionador como para
poder disfrutar de una grosa cuenta en Suiza. Que asco ser honrado ¿Verdad,
señor Bono?.
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