Muy bonito; tardío, pero muy bonito fue ver el tremolar de
banderas españolas en las plazas de Colón y del Descubrimiento, en Madrid y en
la plaza de san Jaime, en Barcelona. Muy bonito pero ¿para qué? Si simplemente
fue para que la bandera rojigualda no se apolille, me parece, siendo muy
necesaria para otros grandes proyectos, una lamentable perdida de tiempo; un
sin sentido que, a quienes hemos jurado defenderla “hasta la última gota de
nuestra sangre” nos daría pena y rabia verla tan rebajada en su valor.
Hace algunos años, militantes de las extintas Juntas
Españolas, de las que a la sazón, el que suscribe era presidente de la Junta de
Madrid, paseamos orgullosos de ella, una gran bandera española por las calles
de Barcelona, con la intención de que los separatistas catalanes entendieran
hasta donde estábamos dispuestos a mantener nuestro juramento de defender la
Bandera de todos los españoles y a España, como Patria indivisible de todos los
españoles. Entonces nos dejaron solos, porque eso de homenajear a la Bandera
Nacional era cosa de fascistas; nostálgicos de un tiempo remoto que era bueno
que hubiera pasado.
Ahora, dicen “es distinto” y no es verdad; no es verdad que
fuéramos fascistas trasnochados, y no es verdad que lo del pasado jueves en
Madrid y Barcelona, intrínsecamente, sea diferente; la defensa de tan
importante símbolo, el que significa la unidad de España, es algo bueno, hágalo
quien lo haga. Pero si lo del jueves día 6 de diciembre de 2012, es la parte
bonita de una tramoya que detrás no hay nada, sería tan penoso y tan perverso
como enseñar a un pobre hambriento la fotografía de un magnífico plato con un
gran filete de vaca; un sabroso solomillo rodeado de crujientes patatas fritas
y, encima, redondeando tan suculento plato, un pimiento frito. La fotografía
podrá ser muy hermosa, pero el estomago del pobre seguirá estando tan vacío
como antes de ver la foto. Y, si no existe nadie que, teniéndolos bien puestos,
se haga cargo de este inicio patriótico, con deseos de impulsarlo hacia una
buena meta, a muchos cientos de miles de españoles nos pasara como al
hambriento pobre.
“España rompe a hablar”. Esta cabecera de un artículo, en un
periódico, es la prueba de que han pasado treinta y cinco años en los que los
políticos, por intereses particulares de partido o personales, han tenido
amordazada a España. Mientras que aceptaban el baboso farfullo de unos pocos
mal nacidos con ínfulas de caciques de ínsulas “Barataria”. Donde hacer de su
indecencia, las leyes fundamentales.
En la película “Mejor Imposible” Jack Nicolson, dice a un buen muchacho,
gay: “si fuera de tu cuerda, me gustaría que fuera contigo”. Salvando las
distancias, yo le diría a Alberto Rivera: veras, Alberto, de verdad te digo que
si fuera de tu cuerda (demócrata de esta democracia) estaría orgulloso de ser
militante de Ciudadanos. Sinceramente creo que desde Ciudadanos se están
haciendo, entre comillas, cosas muy parecidas a las que a mi me llevaros a
militar en FN, FE y en Juntas Españolas, en tres etapas diferentes. Y, si no he
solicitado el ingreso en ese partido es porque hay cosas imposibles, por su
imposibilidad. Jamás militaré en una organización política que admita la
Democracia Inorgánica como el mejor y único sistema para gobernar España. Jamás
militaré en una organización política que no asuma la defensa de la vida desde
el instante de la fecundación. Jamás militaré en una organización política que
admita la monarquía como Jefatura del Estado. Jamás militaré en una
organización política que no se base, socialmente, en el nacional-sindicalismo.
Jamás militaré en una organización política que… mis camaradas… ¿verdad Rafael?
Algunos ya no están entre nosotros y otros…
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