domingo, 2 de marzo de 2025

DEMOCRAESPERPÉNTICA ACTUALIDAD.


Que nadie sufra y se deprima -se de su dificultad-  ya que “esto”, lejos de representar la diaria dolorosa foto de nuestra democraesperpéntica actualidad, es una mala pesadilla. Si; un jodido mal sueño que padecemos todos los habitantes de este país que nos tiene acojonados, chafándonos el merecido descanso, después de haber pasado el día temiendo el golpe barriobajero del gobierno y de sus distintas instituciones. 

Ni siquiera el real hijoputismo político -y de todo el resto de posibles cabronadas de las que son capaces y que a diario sufrimos- podría llegar a ser tan extensible, capaz de acoger a tantos

hijosputa mamando de sus podridos furcios pechos, como se esfuerza este sueño en mostrarnos como si fuera el porvenir que nos espera cada mañana cuando ponemos el pie en la calle. 

No vamos a extrañarnos; todos hemos disfrutado alguna vez de plácidos y cómodos sueños y también hemos padecido atroces pesadillas. Yo, para que buscar más lejos, -hace ya muchas lunas que no me ha vuelto a ocurrir-, soñaba con cierta frecuencia que me encontraba sobre los escalones de una estrecha escalera sin pasamanos, en mitad de la nada. Puedo asegurar que aquella era una extraña escalera de autogestionados escalones, que se movían como les salía de sus mismísimos cojones, sola en el más abierto de los espacios; y yo, sufridor del mal de altura, empujado por fuerza desconocida e invisible, me obligaba a ir ascendiendo hasta la estrecha pasarela, único camino por donde avanzar hacia el nebuloso e incierto final, y cuando el último paso iba a ser en el vacío, al inicio de la caída... era cuando sudoroso y tembloroso me despertaba. Entonces me bajaba del lecho y muy contento me pegaba tres tripazos contra el suelo. 

“Estos” son asuntos que, aunque los vemos nítidos y a todo color, están vacíos de materia, nacen en nuestro cerebro y desaparecen al primer zumbido del despertador. Eso es lo que también son material de sueños, el capacho lleno de acusaciones que vemos con los párpados bajados por efecto del sueño, que nadie se equivoque, es otra ensoñación, como la judicatura tiene como “clientes” a Begoña Gómez y a David Sánchez -esposa y hermano del presidente de nuestro nacional gobierno-, con muchas  posibilidades de ganarse como premio un largo veraneo en Alcalá-Meco, como premio a sus increíbles “trabajitos”.

José Luis Ábalos (entonces ministro del gobierno Sánchez, sigue la pesadilla), por coger un ejemplo de entre tantos chorizos que nos esta señalando este maligno sueño en el que estamos enganchados, en sus viajes oficiales por interés de su ministerio, entre el grupo de los colaboradores y asesores, también contaba con su vagina particular (la que está sobre gris en la foto) de a 1.500 euros el polvo y dos sueldos en empresas públicas, como sedante para rebajar la presión arterial y… ¿en qué cabeza cabe semejante desvergüenza? 

¿Cómo podría ser que pasara algo así en España, si los españoles -con lo cojonudos que somos-, en vez de estar en el Babia del sueño, se nos pillara como debe ser nuestra obligación, con el ojo bien abierto (¡los cojones bien puestos!) en primer movimiento de ata…?

¡Hay que despertar! ¿Para qué…? Ducharse… vestirse… mejor es esperar el milagro de que el mal sueño -¡Puaff!- se desintegre por su propia “energía” y amanezcamos juguetones sobre la esperanzadora “verde pradera” y cual bandada de polícromos jilguerillos, ya despiertos los casi 50 millones que somos, felices y cantarines olvidando el mal sueño, se festeje el asunto con los tres tripazos contra el suelo. Y con tanta mierda ¿tendremos el valor de algo así? 

Eloy R. Mirayo.