miércoles, 31 de enero de 2018

DISCIPLINA.

Algo se ha hecho mal y lo peor es que, tozudos como leños, se sigue haciendo mal, sin tener en cuenta las consecuencias que por ese motivo se vienen cosechando, desde hace más de cuatro décadas.

Este sistema político, la Democracia y sus administradores, no sólo en España, descansa en el engañosamente cómodo colchón de no vigilar -porque no se siente obligado- adecuadamente la Educación, para la que han creado ministerios, al menos -y es muy poco-, al nivel de la Cultura. 

La controversia es, encontrar a quien tiene la potestad y la obligación de educar a las personas desde la niñez, para dejarles el encargo, quedando los demás con la tarea  de, simplemente, continuar la búsqueda de transitar por la vida lo más cómodo posible; sin nada que les perturbe. 

¿Es únicamente obligación paternal y maternal (que los memos se coman la palabreja progenitores) o, por el contrario, son los centros de enseñanza -colegios, institutos y universidades- quienes deben asumir tan importante tarea?.

Si, por ejemplo en España, existiendo el ministerio de Educación, Cultura y Deporte (y ¿qué?) la Educación, tal y como está funcionando en estos momentos -y no sólo en España, reitero- pues aquí, últimamente no estamos preparados para inventos, nos está dando estos resultados:

("DOBLE ASESINATO EN OTXARKOAGA
Detenidos por el asesinato de los ancianos en Bilbao dos menores de 14 años, vecinos de las víctimas
La Ertzaintza ha arrestado al primero en Balmaseda y a su cómplice en Bilbao"

"Ibon Urrengoetxea: así actuaron los dos menores que mataron al exjugador del Amorebieta en plena Navidad
Falleció el 23 de diciembre tras resistirse a una atraco de dos chicos de 13 y 16 años"). 

Los padres se ven incapaces; los educadores sobrepasados, mientras el gobierno, desde las cristaleras de ministerio mira para otro lado.

La Educación es el primero de los valores, sin duda el más importante, al que debe aspirar el ser humano, y no contentarse con recibir el simple conocimiento cultural; un valor importante, pero no tan imprescindible. Aparte de que una buena Educación, si intervienen todas las partes obligadas ética y moralmente, lleva emparejado el Conocimiento, la Cultura y su proyección. 

El gran problema a resolver es que, quienes en la ultimas fatídicas cuatro décadas tuvieron el encargo de bien gobernarnos -que no cumplieron-, y quienes en estos momentos han heredado esa misma obligación -que ya veremos-, para todo eso que han dado en llamar "el primer Mundo" es, reincorporar el más necesario ingrediente: la disciplina, del que entre todos (gobiernos, educadores y padres) han vaciado a la Educación, convirtiéndola en una "patata caliente" que se tiran los unos a los otros, porque nadie desea tener la en sus manos.

Nada puede funcionar próxima a la perfección -la perfección es solo Divina- sin la obligada participación de la Disciplina. ¿A dónde nos está llevando el desquicio en el que vivimos? Un desquicio indisciplinado capaz de convertir en asesinos crueles a criaturas de 13 y 14 años, capaces de acabar a golpes bestiales, con la vida de unos ancianos, sin capacidad de defenderse, para robarles cuatro cuartos.

Disciplina ¿por qué la temen? Nadie habla de látigos, de hierros candentes o toda suerte de cilicios; 

la Disciplina es algo tan sencillo como es el cumplimiento de las propias obligaciones -quienes de alguna forma  gobiernan-, y hacer que los demás cumplan con la suya (obligación; no seáis mal pensados), inspirados en la Justicia.

Eloy R. Mirayo.

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