ASÍ SON LAS LEYES.

El carpintero buscado por Europol que fabricó 150 millones en facturas falsas.

El mayor fraude de IVA en Galicia concluye con más de un centenar de empresarios condenados y el principal artífice, fugado.

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Cerco a una "trama carrusel" que defraudó más de 47 millones en IVA.

El juez José de la Mata procesa a 51 personas y 134 empresarios (para El País los empresarios no debemos ser personas)"

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Son noticias recogidas del diario El País, esta misma madrugada.

Estas noticias -que no son una novedad- lo que nos dicen es que deben ser tantísimos los miles y miles, y más miles de millones de euros los que recauda el gobierno, a través del impuesto Sobre el Valor Añadido -el malvado IVA-, que hasta parece que hubieran perdido en el ministerio de Hacienda la posibilidad de control absoluto. 

Es comprobable en muchas de las ocasiones en las que salta la noticia sobre uno de estos fraudes, que no es por el natural seguimiento de la autoridad, lo ha permitido detectarle, sino que el descubrimiento les ha llegado,  montada sobre la grupa de una denuncia de un particular; es este caso, la denuncia de una de las empleadas del defraudador -un carpintero de nombre José Manuel Costas- cuando descubrió que alguien le había abierto sin su consentimiento una cuenta corriente en una oficina del BBVA. 

Llama la atención el que un delincuente que ha "tangao", al menos 150 millones al ministerio de Hacienda, se haya fugado, y gaciosillo corretee como un cervatillo en la libertad de un paradero desconocido ¡oiga; que son 150 millones de euros!.

Claro que desde mi propia perspectiva -la de a quién le entra el dinero a tropel diariamente en los bolsillos-, 

comprendo a los mandos políticos de nuestro ministerio, nos entra a ambos tantos dineros, que hasta le hemos perdido interés; también yo cuando se me cae una de esas moneditas cobrizadas de céntimo -y hasta la de dos-, 

ni siquiera me agacho a recogerla; es más, sin casi prestarle atención, la alejo propinándole una patada, al célebre estilo "patá Charlot".

Así somos este país y yo: tan ricos, tan ricos que... No se nos acaba el dinero, a mí, ni quemándolo; y al país, ni aunque se lo estén llevando en sus propias narices (Gürtel, Barcenas, Palau, Púnica, EREs, Mercasevilla, etc,.) 

El carpintero señor Costas, con 91 causas abiertas a su espalda, y muchas ya prescritas, harto de asistir a las vistas que le esperaban, cogió el altillo y, sin que nadie lo impidiera, puso pies en polvorosa; ahora, a ver quién es el guapo que le trinca. Así son las leyes de la Democaca.

Eloy R. Mirayo.