martes, 14 de noviembre de 2017

ESPERPENTO.

El sistema político instalado en España, Monarquía Parlamentaria, lo han convertido entre unos y otros, si es que no lo era de inicio, en una factoría incansable de fabricación a gran escala de gilipolleces y esperpentos.

Luego comentaremos unas cuantas perlas del muestrario que el sistema colecciona porque, lo que quiero comentar en primer lugar es el grandísimo esperpento, adornado con auténtica hijoputada, que se ha cometido en un pueblecito, Santa Ponsa, 

en la isla de Mallorca, que se baña en el Mediterráneo, muy cerca del tristemente famoso Magaluf, pueblo conocido en toda Europa por sus hermosas vistas, orgullo de sus regidores municipales.

Esa vista panorámica que a todo color os presento ahí arriba, como ejemplo, siendo esperpéntica, no lo es tanto como el hecho ocurrido en uno de los colegios de Santa Ponsa, que es donde quiero llegar. En ese colegio, según la prensa, se ha prohibido el uso del idioma castellano (Español) -algo que, por su frecuencia ya ha dejado de extrañar al personal- hasta el punto -carbón punto- de, si un alumno no se expresa por desconocimiento, o sencillamente por qué no le de la gana, en el idioma mallorquín para solicitar algo al profesorado o a sus compañeros de aula, lo haga en estricto silencio, usando de gestos faciales, y con el movimiento de tronco (expresión corporal), 

extremidades, las superiores e inferiores y, si necesario fuera, hasta con la punta del... flequillo, pero jamás en castellano.

El culpable de tal desafuero, el que reciba todas las críticas adornadas de los más gordos tacos (en recuerdo familiar) no es de ese cornúpetas a quien de entre los cuernos que adornan su testuz, 

se le ha ocurrido semejante esperpento, sino de quienes teniendo la autoridad autonómica no ha tomado las medidas correctoras y, en último lugar, pero no el menos culpable, la autoridad del gobierno nacional, que entregó sin condiciones y sin seguimiento, algo tan importante como es la educación.

Esa entrega gubernamental (cuestión de escasez de inteligencia) es lo que ha terminado por ser el motor de otro de los grandes esperpentos, 

la "proclamación de la República de Cataluña con su moneda El Pujolito", paridos por el actual sistema político que está haciendo tambalear los recios cimientos de España. 

Eloy R. Mirayo.

No hay comentarios: