sábado, 23 de febrero de 2013

SEVERÍSIMO CASTIGO.

Han sido detenidas y puestas a disposición judicial las componentes de una banda de carteristas conocidas como “Las Bosnias”, que actuaban (y seguirán actuando mañana mismo) en el Metro de Madrid. La banda está compuesta solamente por mujeres y “trabajan”, porque no saben hacerlo en la calle (para ese menester están sus familiares, que no saben robar en el Metro), exclusivamente en el interior del suburbano. Cada uno de estos “angelitos” lleva sobre sus espaldas la friolera de cerca de 60 detenciones y, como es natural en esta hermosa nación que goza de tan peculiar justicia, están en la calle porque son hurtos que solamente merecen, según el juzgado nº 47, aplicarles la nueva denominación judicial de grupo criminal, que es inferior a organización criminal. Y, con esa vara de medir delitos, el juez Carretero ha decidido, como castigo insufrible para “Las Bosnias”, prohibirles entrar al Metro y, para que el castigo adquiera mayor rigor, no les será permitido acercarse a menos de 500 o 1.000 metros, de cualquiera de las bocas del Metropolitano madrileño. Esta medida tan bien pensada, además de impedir los robos en el subsuelo madrileño, lo que redundará en tranquilidad de los usuarios y, muy posiblemente, servirá para que la dirección del Metro, contrate el personal necesario para vigilar con ojo de águila entradas y andenes, durante las horas que dura el servicio; ¡mira tú por donde! No hay mal que por bien no venga; valdrá para rescatar a algunas personas del paro. En este momento abro el folio en el que recibir firmas para presentárselas al Poder de los Jueces, para que se le haga al juez el homenaje que se merece, por idear una nueva y muy efectiva figura de castigo que, en breve, será asumida universalmente.

Esa es la forma; diga usted que sí, señor juez Carretero. Así; aplicando la ley con dureza extrema, es como se acaba con la delincuencia; plis plas ¡Nada de blandenguerías! ¿Mandarles a la cárcel? Eso es nimio castigo para cualquier delincuente y más, en el caso que estamos comentando, en el que cada bosnia ha cometido varias decenas de delitos; se impone, como ha dictado el juez Carretero, una sentencia verdaderamente ejemplar; una sentencia que duela y levante ampollas para que en adelante la población delincuencial sepa que, quien la hace, la paga de manera severísima.

Con esa medida quienes están más contentos que una mosca en una boñiga de vaca recién puesta, son los joyeros de madrileños. Esta mañana, he podido hablar con un directivo del Gremio de Joyeros, que está en la calle Príncipe de Vergara, y he podido comprobar, al ver a toda la directiva brindando con sidra “El Gaitero”, soplando matasuegras y haciendo volar confetis. La medida de alejamiento impuesta por el juez Carretero, les parece la medida esperada ¡Que digo medida esperada! Es la solución total, al “contencioso” entre los ladrones, los que no actúan en la Carrera de san Jerónimo, y los joyeros. Y, aprovechando que el archiconocidísimo “Niño Sáez”, ha sido recientemente detenido (trigésimo novena vez), el juez Carretero le castigará de la misma forma que a “Las Bosnias”, prohibiéndole acercarse a las joyerías a menos de 500 o 1.000 metros.

¡Ay qué pena, penita pena! ¿Cuántos delitos se habrían evitado si este hallazgo de la jurisprudencia española, se hubiera descubierto antes? ¿Cuántos delincuentes se podrían haber reinsertados acuciados por tan severísimo castigo?

La respuesta a mis preguntas habrá que pedírsela a los jueces y fiscales que se encuentran en plena insurrección, cuando den por terminada su huelga ilegal. ¿Esa tropilla es digna de respeto? Ahora veremos para qué sirve el Consejo del Poder Judicial, más que para que unas y unos cuantos, se estén rascando sobre la toga, los lugares del cuerpo donde les pueda estar picando.

PENÚLTIMA NOTICIA  

La Justicia española pone en libertad con cargos, el día 16 de febrero 2013, al “Niño Sáez” ¡Me cachis sea en lá! A este no se le va a poder poner la aplicación del juez Carretero.

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